Pan

«Qué bien lo sabe él: -El pan a nadie se le niega. Y en esta fría mañana nos ha fiado el pan».

Qué bien lo sabe él:

-El pan

a nadie se le niega.

Y en esta fría mañana

nos ha fiado el pan.

Qué bien el panadero

conoce la verdad:

una barra,

una hogaza

son una vida oculta,

oculta como miga

que infla la corteza.

La hogaza es grano

que crece

y espiga

que llora

sus lágrimas de trigo.

Y es muela y es molino

y harina que se amasa

y crece…

y yo no sé cómo acrecienta

su forma

y se ennoblece;

tampoco el panadero

que en esta fría mañana

nos ha fiado el pan.

 

En esta fría mañana

nos han fiado todo.

Es como un don :

-Lo pagarás mañana.

Y la sorpresa:

-Traigo el dinero

-Ya no hace falta.

Vino antes otro

y lo pagó por ti.

 

Y yo me asombro.

Y bebo el aire blando que respiro

y el sol que alumbra el paso de mi vida

y el agua

y la esperanza

y la fe

y mis hermanos y mi casa y todo

y el latido de la vida

y el pan de nuevo

y el otro Pan,

el que es sagrado,

el pan de cada día.

Todo fiado.

Y lo he de pagar.

Aquel día

me pedirán las cuentas.

Mañana.

 

Pero ya es don,

porque me inunda la sorpresa:

-Traigo el dinero.

-Ya no hace falta.

Vino antes otro

y lo pagó por ti.

 

Y te asombras,

te sorprendes

y das gracias,

gracias, gracias:

¡Eres deudor y nada debes!

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